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FAES insiste en una recomposición impositiva, no en una subida del IVA

Ante las declaraciones aparecidas recientemente en los medios de comunicación aludiendo a la recomendación de FAES de subir el IVA, la Fundación quiere precisar que, en la XVI edición del Observatorio Económico FAES, celebrado el pasado mes de febrero en Sevilla, se abogó por una recomposición impositiva, neutral para el volumen de los ingresos públicos, que implicaba, como un todo, disminuir a la vez las cotizaciones sociales y compensar la pérdida de ingresos subsiguiente mediante el IVA.

El papel del Observatorio publicado a continuación decía textualmente: “También se recomendó una reducción de las cotizaciones sociales como vía para dinamizar el mercado de trabajo. El problema es que de esta fuente procede una parte muy importante de los ingresos del sector público español, por lo que sería necesario compensar esta pérdida de ingresos. Se sugirió una subida del IVA para esa compensación. Además, el IVA no sólo grava los bienes producidos en España sino también las importaciones. Es decir, esta medida beneficiaría a los exportadores y nos haría ganar competitividad simplemente gracias a una modificación en la composición de los impuestos”.

Para FAES, no comprender la naturaleza unitaria del sistema fiscal y de sus propuestas de reforma resulta impropio de quien tiene a su cargo las cuentas públicas en España.

El foro económico de FAES, que contó en aquella edición con la participación de los prestigiosos economistas Juan Velarde, catedrático de Economía y Premio Príncipe de Asturias; Camilo Lebón, catedrático de Teoría Económica y Economía Política; Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos; Manuel Lagares, catedrático de Hacienda Pública; y Federico Durán, catedrático de Derecho del Trabajo, ha defendido siempre reducir los impuestos, disciplinar la política fiscal, recuperar la unidad de mercado, facilitar la creación de empresas, ajustar el gasto público y llevar a cabo una reforma laboral que incentive la creación de empleo, entre otras importantes medidas.

En aquella ocasión, los ponentes del Observatorio propusieron una hoja de ruta encaminada a salir del desempleo masivo en España y dinamizar el mercado de trabajo español, que hoy cuenta con más de cuatro millones de parados.

Perspectivas pesimistas de la economía española según el Banco de España

1158791_big_step_to_success_2La economía española mostró una continuada pérdida de impulso en 2008, que se acentuó en la segunda mitad del año, y que le llevó a cerrar el ejercicio con un descenso del PIB en elcuarto trimestre del 0,7%, en términos de su tasa interanual. Detrás de este desarrollo se encuentra el fuerte retroceso de la demanda nacional —que cayó un 2,8% en dicho trimestre—,mientras que la demanda exterior neta tuvo una contribución positiva de 2,3 puntos porcentuales (pp) de PIB en ese mismo período, derivada, sobre todo, de la rápida pérdida depulso de las importaciones, según el informe de abril del Banco de España

Los indicadores disponibles referidos a los primeros meses de 2009 apuntan a una intensificación de las tendencias contractivas observadas a finales de 2008, en un entorno internacionalseveramente recesivo y en el que el grado de tensión financiera se ha mantenido en niveles elevados. Las estimaciones realizadas a partir de la información coyuntural disponible, todavíaincompleta, apuntan a una caída más pronunciada de la actividad en el primer trimestre, de modo que el PIB habría retrocedido un 2,9% en términos de su tasa interanual; un −1,8% entasa intertrimestral. Por el lado del gasto, se estima una disminución adicional de la demanda nacional, que recortaría su tasa interanual en 2 pp, hasta el –4,9%, y una ligera caída de la aportación de la demanda exterior neta, que se situaría en 2,2 pp, como reflejo de la intensacontracción del comercio mundial. Desde la perspectiva de la oferta, las ramas de la construcción y de la industria intensificaron la trayectoria contractiva de los meses finales de 2008, al tiempo que los servicios empezaron a dar signos de estancamiento, debido al retroceso de los de mercado. En este contexto, los registros del empleo fueron muy negativos en el primer trimestre, observándose descensos en la ocupación del 6,4%, según la EPA, que habrían
conducido a un incremento muy sustancial de la tasa de paro, hasta el 17,4% (13,9% en el último trimestre). La tasa de inflación, por su parte, experimentó, como consecuencia del drástico cambio en los precios del petróleo y de los alimentos, y de la acusada debilidad de la demanda, un pronunciado recorte en el trimestre, que le llevó a registrar, por primera vez desde 1952, una tasa de variación interanual negativa, del −0,1%, en marzo y un diferencial de inflación, también negativo, con la UEM de –0,7 pp.

En el panorama económico internacional, la situación de tensión en los mercados financieros mostró una cierta mejoría respecto a los momentos de máxima inestabilidad que se vivieronen los meses finales de 2008, si bien las condiciones de financiación siguieron siendo globalmente restrictivas. En estas circunstancias, continuó la traslación de la crisis financiera haciala actividad, agravada, en esta última etapa, por el intenso descenso de los flujos de comercio. Como consecuencia de todo ello, el PIB en las economías desarrolladas habría experimentado un nuevo retroceso en el primer trimestre, de magnitud similar a la que se observó en los últimos meses de 2008, al igual que las economías emergentes intensificaron su debilitamiento. Por su parte, la inflación mundial mostró una acusada desaceleración, registrándose tasas interanuales negativas en un número creciente de países, en un entorno en el que los precios de las materias primas se estabilizaron, aunque el precio del crudo mostró un cierto repunte.

En conjunto, todos estos factores han determinado una nueva revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de la economía mundial, que, según las previsiones más recientes—sujetas, en todo caso, a elevadas dosis de incertidumbre—, podría llegar a ser negativo en 2009, por primera vez en los últimos sesenta años, lo que llevaría a retrasar el inicio de la recuperación hasta 2010, cuando los estímulos de las políticas monetarias, fiscales y de apoyo al sistema financiero hayan desplegado todos sus efectos. En este escenario recesivo, las previsiones de precios apuntan a crecimientos muy moderados de la tasa de inflación, que podría alcanzar registros negativos en algunas de las principales economías desarrolladas en2009, como Estados Unidos o Japón.