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El Gordo de la Unión Europea

El Gordo de la UE que tocaba cada año ya no es tan gordo. Los poco más de dos mil millones de euros que reparte en premios la Lotería de Navidad nos correspondían cada año como saldo a nuestro favor entre lo que pagábamos y lo que recibíamos de la Unión Europea. Pero las cosas cambian. La unificación alemana y la incorporación de nuevos socios ha trastocado el sistema de reparto en Europa y en poco tiempo pasaremos de ser receptores a contribuyentes netos. Paradojas del destino, la UE nos considera un país rico cuando peor nos van las cosas.

Durante los últimos años, con la excepción del 2009, hemos estado disfrutando de un superávit en nuestras relaciones con la UE de unos 2.000 millones de euros, pero ya en los presupuestos de 2011 la previsión es de poco más de 1.000 millones y en 2014 pasaremos a ser un socio pudiente que paga más de lo que recibe. Hasta ahora era habitual ver carteles en las grandes obras públicas en las que se anunciaba que habían sido realizadas con fondos provenientes de la UE.
La red de autovías y buena parte del AVE han sido posibles gracias a este maná europeo. Pero, a partir de ahora, las infraestructuras van a necesitar un esfuerzo especial de financiación. Las grandes cifras del presupuesto de la Unión Europea para el año próximo dan que pensar. Los créditos de compromiso de la UE ascienden a 142.965 millones de euros, una cifra algo superior a toda la deuda de nuestras comunidades autónomas.

Durante 2011, España aportará 12,1 miles de millones de euros y recibirá 13,2, pero, a partir del siguiente año, esta tendencia variará por la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Entre otras aportaciones, el 0,30% del IVA armonizado irá a las arcas de la UE, un gasto fijo que se sumará al de las pensiones y otros compromisos sociales. Nuestros presupuestos serán más rígidos, de ahí la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales. Nos vamos quedando solos y nadie nos va a sacar las castañas del fuego.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 23 de diciembre de 2010

Telefónica toma el contral de VIVO tras pactar con Portugal Telecom

Telefónica ha alcanzado hoy un acuerdo con Portugal Telecom para la adquisición del 50% de Brasilcel que posee la operadora portuguesa. Esta adquisición convertirá a Telefónica en el líder indiscutible del mercado de telecomunicaciones de Brasil, país clave en el que la Compañía opera desde 1999.

La entidad resultante de la combinación de Telesp y Vivo, y en la que Telefónica aplicará su amplia experiencia en la integración de operaciones y captura de sinergias, será el mayor operador integrado de Brasil, tanto por clientes (69,2 millones a marzo de 2010) como por ingresos y OIBDA (11.800 y 4.100 millones de euros en 2009, respectivamente) , así como el más eficiente (margen OIBDA del 35% en 2009)¹.

El presidente de Telefónica, César Alierta, ha manifestado: “Estamos muy satisfechos de haber alcanzado este acuerdo con Portugal Telecom que beneficia a los accionistas de ambas compañías. Se trata de una oportunidad única de creación de valor. Vivo es el líder del mercado de telefonía móvil de Brasil, país por el que Telefónica mantiene una apuesta decidida de futuro”.

Además, la nueva compañía contará con un importante potencial de crecimiento en un mercado en expansión de 192 millones de habitantes, y en una sociedad, la brasileña, que ha demostrado ser muy receptiva a las nuevas tecnologías.

Impacto positivo

Esta adquisición tendrá impacto positivo tanto en los resultados como en la generación de caja de Telefónica desde el primer año.

El precio finalmente acordado es de 7.500 millones de euros y supone un valor presente de 7.300 millones de euros.  Además, la oferta está cerrada, de manera que no existe ya compromiso alguno en relación a las mejoras adicionales que contemplaba la última propuesta que obtuvo el voto favorable de la mayoría de los accionistas de PT en la Junta General celebrada el pasado día 30 de junio en Lisboa,  mejoras tales como reparto de dividendos no distribuidos de Vivo, call de acciones de PT y otras.

Telefónica satisfará el importe mediante pago aplazado del 40% del precio acordado. La Compañía desembolsará 4.500 millones de euros al cierre de la operación, 1.000 millones adicionales el 31 de diciembre de 2010 y los últimos 2.000 millones que completan el pago el 31 de octubre de 2011.

La fecha de cierre está prevista en un plazo máximo de 60 días, período en el que se prevé obtener la aprobación de las autoridades regulatorias brasileñas. Adicionalmente, con posterioridad a la adquisición del paquete accionarial de PT en Brasilcel, Telefónica presentará una oferta pública de adquisición sobre las acciones ordinarias de Vivo que no son titularidad de Brasilcel y que representan, aproximadamente, el 3,8% del capital social de Vivo, operación estimada en 800 millones de euros.

Telefónica logra así su objetivo estratégico de reforzar su potencial de crecimiento en Brasil, al tiempo que mantiene todos los compromisos adquiridos con sus accionistas, incluyendo el aumento continuado del dividendo hasta un mínimo de 1,75€ por acción en 2012.

Zapatero expone en el Parlamento Europeo las prioridades de la presidencia española

Parlamento europeoEl presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha comparecido ante el Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo para exponer sus propuestas sobre una mayor coordinación de los Veintisiete en política económica y otras prioridades del semestre de la presidencia rotatoria española de la UE, que comenzó el pasado 1 de enero. José Luis Rodríguez Zapatero ha dedicado sus primeras palabras al pueblo de Haití al expresar la consternación, la solidaridad y el compromiso europeo para poner en marcha la recuperación «profunda» de este país caribeño.

Rodríguez Zapatero explicó en su intervención las grandes prioridades de la presidencia rotatoria de España durante estos 6 meses. Un semestre, recordó, en el que se van a cumplir 25 años de la incorporación de nuestro país a las entonces llamadas Comunidades Europeas. Un semestre marcado por los cambios: en lo económico, como consecuencia de la crisis financiera más grave de los últimos 80 años; en lo político, porque el Tratado de Lisboa cambia el gobierno de la Unión Europea; en las relaciones exteriores, por el fenómeno de la globalización; y en la relación que la Unión debe tener con su ciudadanía, para poner en valor todo lo que el nuevo Tratado de Lisboa dispone.
Economía

Los efectos de la grave crisis padecida en el mundo y en la Unión Europea han causado ocho millones de desempleados más, muchos de ellos en España. Han afectado a las cuentas públicas y a la estabilidad financiera. Ello nos ha hecho tomar medidas urgentes desde la cooperación y debemos seguir manteniendo los estímulos fiscales hasta que la recuperación sea una realidad. Debemos, también comprometernos a mantener el Pacto de Estabilidad y afrontar una estrategia económica para 2020, que la Comisión está elaborando. Rodríguez Zapatero apuntó que la Unión Europea debe apostar por sí misma y debe dar una serie de pasos que la hagan avanzar en la unión económica y en la cooperación. Entre estos pasos citó la necesidad de reducir nuestra dependencia energética. Dijo que hay que hacer, «definitivamente», un mercado común de la energía que fortalecerá toda la economía de la Unión. Para ello hay dos asuntos claves: las interconexiones energéticas y el establecimiento de un marco regulador común que consolide un mercado común de la energía.

Como segundo gran objetivo citó la inversión en la sociedad de la información, en las nuevas tecnologías, pues tenemos empresas líderes, pero no tenemos un mercado interior digital que supondría facilitar el comercio electrónico, facilitar la creación de contenidos y fortalecer la propiedad intelectual. El tercer gran objetivo al que se refirió fue la puesta en marcha del vehículo eléctrico, pues, a su juicio, si apostamos de manera integrada en este área industrial contribuiremos a reducir nuestra dependencia energética, a la lucha contra el cambio climático y a la innovación tecnológica El cuarto elemento central de la economía sostenible y de la renovación económica que necesita la Unión Europea es la educación, y especialmente la Universidad y el espacio de investigación.

En opinión del Presidente rotatorio de la UE si no aprovechamos lo que representa los 500 millones de ciudadanos en lo económico, seremos espectadores y no protagonistas del futuro en el escenario de la globalización. Por todo lo anterior, señaló que la Estrategia 2020 debe dar lugar a una «gobernanza seria y exigente» en el cumplimiento de estos objetivos.
Relaciones exteriores. Los objetivos enumerados por el Presidente rotatorio en el ámbito de las relaciones exteriores han sido: la seguridad compartida, la energía, la promoción y extensión de la apertura comercial y de la transferencia tecnológica.También mencionó la ayuda a la cooperación al desarrollo donde la Unión Europea debe mantener un gran liderazgo ético en el mundo.  Recordó que durante este semestre se celebrarán cumbres con América del Norte y del Sur, en el ámbito del Mediterráneo, con África y Asia y con la Europa que no forma parte de la Unión.

Rodríguez Zapatero ha subrayado que el Tratado de Lisboa quiere que los ciudadanos se sientan más cerca de las instituciones europeas y para ello, dijo, que va a ponerse en marcha la iniciativa legislativa popular. También, como prioridad y en colaboración con la Comisión, queremos avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres y luchar contra la violencia de género, pues el maltrato a las mujeres es «impropio e inasumible» en una sociedad tan avanzada como la europeapea. Para ello, nos proponemos poner en marcha nuevos sistemas de protección en el ámbito judicial, a través de una orden europea de protección. Finalmente, añadió que la UE debe ser sostenible económicamente y socialmente por lo que propuso renovar un gran pacto social en Europa con empresas y trabajadores.

Cumbre europea sobre derechos y libertades en La Granja (Segovia)

Palacio de La GranjaLos ministros para Europa de los 27 Estados miembros se reúnen hoy y mañana, en La Granja (Segovia), para abordar cuestiones que el Gobierno español considera necesitan el impulso de los responsables políticos europeos, si se ha de cumplir con las expectativas ciudadanas que ha generado el Tratado de Lisboa, que entró en vigor el pasado 1 de diciembre tras un largo proceso de negociaciones.

La plena aplicación del nuevo Tratado es una de las principales responsabilidades de la Presidencia española pues se considera que los ciudadanos de Europa han de percibir cuanto antes que la UE ha entrado en una nueva etapa. Por esta razón, la primera reunión ministerial que se celebra bajo Presidencia española está dedicada a esta cuestión.

Durante la jornada del miércoles, los ministros abordarán cuatro asuntos en particular que introduce como novedades el Tratado de Lisboa:

•La iniciativa legislativa popular: Con arreglo a este nuevo instrumento de participación ciudadana, al menos un millón de europeos, nacionales de un número significativo de Estados miembros, podrán invitar a la Comisión a formular una propuesta legislativa sobre asuntos que crean deben ser regulados a escala europea. Se trata de un instrumento fundamental para dar voz a los ciudadanos en los asuntos de la Unión. La Presidencia española desea que este instrumento de democracia directa se convierta en una realidad al servicio de los ciudadanos europeos en el menor plazo de tiempo posible. Por ello, impulsará la aprobación por parte del Parlamento Europeo y del Consejo de un reglamento en el que se fijarán las condiciones y los procedimientos requeridos para canalizar esta iniciativa, por lo que emplazará a la Comisión a que presente sin dilación la correspondiente propuesta.

•El lanzamiento del Servicio Europeo de Acción Exterior: Este nuevo servicio europeo está destinado a dotar de mayor coherencia y eficacia a la acción exterior de la Unión y se compondrá de funcionarios de la Comisión, de la Secretaría General del Consejo, y de los Estados miembros. Sobre la base de los trabajos preparatorios plasmados en el Informe de la Presidencia sueca al Consejo Europeo de octubre, corresponde a la Presidencia española colaborar con la Alta Representante para lograr el objetivo fijado por los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE de aprobar las normas jurídicas necesarias para su establecimiento, antes de finales de abril de 2010, y asegurar su rápida puesta en marcha, para lo que cooperará también estrechamente con la Comisión y con el Parlamento europeo.

•La cláusula de solidaridad: El Tratado de Lisboa sienta la base jurídica necesaria para que los Estados miembros y la Unión puedan prestarse mutua asistencia en casos de ataque terrorista o de catástrofe natural o de origen humano. Se trata de un instrumento innovador que contribuirá a reforzar la protección de los ciudadanos europeos. Su desarrollo requiere la propuesta conjunta de la Comisión Europea y de la Alta Representante.

•La adhesión al Convenio Europeo de Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales del Consejo de Europa: Europa debe estar a la vanguardia de la defensa y promoción de los derechos humanos. Siguiendo el mandato del Tratado de Lisboa, la Presidencia española iniciará el proceso de adhesión de la UE. Esta adhesión refleja el compromiso de la UE con el respeto de los derechos humanos y complementa la aprobación de la Carta de los derechos fundamentales. Supondrá una garantía adicional para su protección efectiva. Sobre la base de la propuesta que presentará la Comisión, la Presidencia española impulsará las negociaciones con el fin de encontrar fórmulas consensuadas que respeten las especificidades comunitarias y las sensibilidades de todos los Estados.

FAES publica el número 24 de Cuadernos de Pensamiento Político

Cuadernos de Pensamiento Político, editada por FAES y dirigida por Javier Zarzalejos, ya tiene a la venta su número 24, que trata, entre otras cuestiones, la coyuntura política de la Unión Europea y el Tratado de Lisboa, las virtudes y los problemas del sistema federalista alemán a la luz de la actual crisis económica, y el desgaste democrático e institucional en España.

José María de Areilza, titular de la Cátedra Jean Monnet-Instituto de Empresa y decano de IE Law School, analiza en La Unión Europea de 2010 la coyuntura política de Europa, que “no atraviesa su mejor momento” y está pendiente de la aprobación y puesta en marcha del Tratado de Lisboa, un pacto “que conserva casi todas las reformas de la fallida Constitución europea, en ocasiones con un cambio de terminología y en otras con un empeoramiento del contenido o de la claridad de las nuevas reglas del juego”.

De Areilza señala que uno de los problemas políticos del acuerdo de Lisboa es que “no hubo una renovación profunda del tándem franco-alemán a través de un proyecto europeo atractivo que pudieran compartir todos los europeos”. El autor considera, por el contrario, que “los Gobiernos de estos países impulsaron el Tratado por razones defensivas distintas. Alemania quería ganar peso en el Consejo de Ministros y Francia ser aún más influyente en las relaciones externas europeas”.

En Reforma federal en Alemania, otro de los textos de Cuadernos 24, Günter Krings, abogado y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Colonia, reflexiona sobre el sistema federal alemán, que, en su opinión, “debe evolucionar hacia un federalismo dinámico, competitivo y creativo”. El autor asegura que, en el contexto de la crisis económica, “los länder tienen la responsabilidad de poner en orden sus propios presupuestos, no confiar en recibir pagos externos”. En este sentido, Krings subraya que “las normas constitucionales que rigen las finanzas públicas no pueden quedar excluidas de este proceso”.

A pesar de las críticas, el autor afirma que “sólo un sistema federal ha demostrado ser capaz de proteger la libertad individual” y destaca que “la ventaja de un Estado organizado federalmente es que los problemas se pueden tratar allí donde se producen”.

CRISIS POLÍTICA EN ESPAÑA
Ignacio Astarloa, diputado del PP por Vizcaya, habla de “crisis política” en el artículo  Democracia y crisis de las instituciones, en el que demanda “una importante reforma constitucional, electoral y de los reglamentos parlamentarios” para llevar adelante “una ardua tarea de regeneración institucional”.

Astarloa critica, en este sentido, “el desprecio a la oposición y con él a los pactos de Estado y a las políticas de Estado” del Gobierno de Rodríguez Zapatero, contra el que también carga por “repartir el poder en cuotas con los nacionalistas y aceptar su agenda, más allá incluso de los límites constitucionales”.

Por su parte, el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Víctor Pérez Díaz, recoge el testigo de Astarloa en El malestar de la democracia: la clase política, texto en el que trabaja con la hipótesis del “peor escenario” de la clase política en España, caracterizado por “las muestras de mala fe y de ventajismo” de los partidos combinadas con “la incapacidad por parte del Gobierno central para manejar una crisis económica prolongada y grave o sacar al país de una situación de estancamiento”, con “una justicia demasiado lenta” o con la “indecisión en temas como el energético o el educativo”.

Este panorama “puede mejorar sustancialmente si los políticos evitan la tentación oligárquica y se comportan como élites responsables”. A su juicio, los partidos deberían construir sus programas en función de la sociedad: “Los expertos, los mercados, el tejido asociativo les irán contando lo que tendrá que hacer con los temas económicos. Los padres y madres de familia, los profesores y los empleadores tendrán que decirles algo sensato sobre educación; o ésta no acabará nunca de estar en su sitio”, apunta Pérez Díaz en la revista de FAES. “Es preciso que el cuerpo social reaccione, y en esta frontera vital de los treinta años de esta democracia, se enderece, eleve su mirada y la proyecte más lejos”, concluye el autor.

Junto a estos textos, la revista también cuenta entre sus páginas con los siguientes artículos: Languidez post-socialdemócrata, de Valentí Puig; La refundación del PP, de Lourdes López Nieto; El marxismo y las desventuras de la bondad, de Mauricio Rojas; La encrucijada de la España constitucional, de Eugenio Nasarre; Libertad religiosa en el marco constitucional, de Alberto de la Hera; Ortega, los años más tristes, de Margarita Márquez Padorno; Constitución y soberanía, de José J. Jiménez Sánchez; Libertad de educación y diferencia, de Javier Sota Ramos; y La brújula y el radar, de Mira Milosevich.