Podar el gasto

Han bastado un par de artículos críticos con las formas de Rajoy para que toda la progresía se haya echado encima como si añoráramos los tiempos de Zapatero. Craso error. El culpable de que haya que aplicar una cura de caballo es del anterior gobierno. El nuevo, tras hacer un diagnóstico de la enfermedad, le está aplicando una medicina amarga y dolorosa, pero con altas probabilidades de curación. Pero lo peor está aún por llegar. Rajoy ya ha puesto sobre la mesa cifras creíbles, como que el ajuste urgente es de 40.000 millones, de los que sólo ha concretado 15.000. En recortes de gasto, 9.000 y en subida de impuestos, 6.000. Faltan 25.000 millones para cuadrar las cuentas del año con un déficit del 4 por 100.

Por su parte, Luis de Guindos, ya no dice que nuestro sistema financiero es el más solvente del mundo, sino que reconoce que hacen faltan otros 50.000 millones. Son cifras que no tratan de alegrar los oídos de nadie. La herencia es un agujero inmenso del que es responsable el anterior gobierno por acción o por omisión. Montoro no se queda atrás y también viene con la podadora, guste o no guste a los progres de salón. Hay 4.000 empresas públicas que han crecido como las setas de las que son tan responsables el PSOE como el PP en las CCAA, de las que hay que cerrar de inmediato 450.

No hay que derramar ni una lágrima por acabar con la sangría de nuestro dinero en beneficio de unos pocos privilegiados. Es una vergüenza recortar en Sanidad o en Educación mientras quede en pie una sola televisión pública a mayor gloria del preboste de turno. Nos viene encima otro recorte de 25.000 millones de euros que no pueden salir de los impuestos. La tentación de Montoro puede ser exprimir a los españoles con otra vuelta de tuerca al IRPF, el IVA, hidrocarburos, alcohol, tabaco, patrimonio, etc. Puede arañar unos miles de millones a costa del contribuyente, pero que no se equivoque, el nudo gordiano está en el gasto no en el bolsillo de los ciudadanos.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 14 de enero de 2012

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