Archivos de Tags: Baldomero Falcones

El cuarto Rey Mago

El cuarto Rey Mago no tiene nombre bíblico, aunque sí viene del lejano Oriente. Se trata de Li Kequiang que, atendiendo a la carta a SS.MM. enviada por Rodríguez Zapatero, ha accedido a venir a España, ya que los magos de verdad están muy ocupados en estas fechas repartiendo regalos e ilusiones. Li Kequiang representa a un extraño país que tiene a toda su población en estado de alarma, como aquí con los controladores, pero que crece de forma exponencial. Tanto es así que se ha convertido en el principal banquero del mundo y atesora la mayor parte de la ingente deuda que emite EEUU.

La economía china crece al 10 por 100 anual y entre las cincuenta primeras empresas del mundo ya hay siete chinas, correspondiendo en esta ranking el tercer y sexto puesto a este país (Petrochina e ICBC, respectivamente). Telefónica, el gran gigante español, ocupa el puesto cincuenta en esta lista mundial. Los chinos deben gran parte de su éxito a dos virtudes desconocidas por estos lares, flexibilidad y austeridad; aunque en su debe no podemos olvidar la falta de libertades y la persecución a los disidentes ante las que nuestros gobernantes hacen la vista gorda. Todo sea por la pasta. El rey mago chino nos ha traído un gran regalo en forma de compromiso para seguir comprando deuda española. La noticia ha relajado la prima de riesgo y nuestra ministra, Elena Salgado, puede dormir hoy un poco más tranquila.

El Gobierno se suma a un carro que ya han desbrozado líderes empresariales como César Alierta, Antonio Brufau, Baldomero Falcones, Emilio Botín o Francisco González, pero mientras unos construyen Zapatero destruye. A bombo y platillo se anuncia que Li Kequiang se lleva una cartera de pedidos de productos españoles por valor de casi seis mil millones de euros, menos de lo dilapidado con el famoso Plan E. Por cierto, en este país de contrastes ¿saben ustedes quiénes son los actuales líderes empresariales chinos?, pues los hijos de los timoneles de la revolución comunista. Vivir para ver.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 6 de enero de 2011

Blanco y en botella

La política económica no es una ciencia exacta y a veces pasa como en el juego de las siete y media, o no llegas o te pasas. Es lo que le ha ocurrido a José Blanco, que ha pasado de ministro estrella a ministro estrellado. Opinar de todo y sobre todo tiene sus riesgos y la falta de prudencia y el exceso de ambición pasa factura. Los ministros de Hacienda tienen su corazoncito, más si son bandera de género. Formar tándem con María Teresa Fernández de la Vega imprime carácter y cuando suena el móvil es Botín o FG quien llama. “Les habla la Vicepresidenta segunda”, dice muy enérgica la “Vice primera” cuando los periodistas preguntan en Moncloa. Y la “Vice segunda”, que es muy aplicada, trata de explicar unas cuentas y justificar unos gastos haciendo crujir la aritmética, aunque tenga que rectificar al mismísimo Rodríguez Zapatero.

José Blanco se ha empeñado en ningunear a la Sra. que firma los Presupuestos en el BOE y que goza del don de subir y bajar los impuestos. Elena Salgado no sólo tiene que tragar el sapo de rigor que le sirve cada mañana la prensa del día y hacer frente a Cristóbal Montoro, ariete de la oposición, sino sorber la ración de leche envenenada que José Blanco destila como oráculo de Zapatero. “El Arte de la Prudencia”, de Baltasar Gracián, no figura entre los libros de cabecera del ministro de Fomento. Blanco, revestido de Robin Hood, aporta su ración diaria de demagogia barata a la ciencia  económica, consistente en esquilmar a los ricos. Alguien debería llamar al orden a este ministro lenguaraz porque los amigos de Zapatero no son precisamente los cuatro millones seiscientos mil parados que coronan su legislatura, sino José Manuel Entrecanales (Acciona), Florentino Pérez (ACS), Baldomero Falcones (FCC), Rafael del Pino (Ferrovial), Juan Miguel Villar Mir (OHL) y Luis del Rivero (Sacyr),  ricos entre los ricos, a los que, ahora, en un alarde de purismo, les ha dado con la puerta de la Moncloa en las narices.

Artículo de Jesús F. Briceño publicado en el diario La Gaceta (Madrid), el 19 de agosto de 2010