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Hipocresía en Rodiezmo

Mucha hipocresía hay por ambas partes ante la ausencia de Zapatero en el mitin de Rodiezmo. El Presidente, por haber buscado el aplauso fácil, puños al viento, a costa del erario. Los líderes sindicales por aprovecharse, pañuelo rojo al cuello, del mayor expediente de regulación de empleo (ERE)  de nuestra economía. El Plan Nacional de Reserva Estratégica de Carbón 2006-2012 y el Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas Mineras (aún vigente), ha regado de millones estas zonas con epicentro en Asturias y León. Entre 1990 y 2005 se han perdido en la minería 37.000 empleos, pero, para mantener los ocho mil restantes, el Estado concede una media de 350 millones de euros anuales desde 2006, aparte, naturalmente, de sus sueldos que corren a cargo de las empresas.

Las bajas se producen a partir de los 52 años con el 80 por 100 de sueldo bruto de los últimos seis meses y permanece abierta una vía de bajas por indemnización de 60.000 euros por cada trabajador que lo solicite en aquellas empresas que cierren. Basta con acreditar ocho o más años en el régimen especial de la minería del carbón de la Seguridad Social y tres años de antigüedad en la empresa para acogerse a estos beneficios.  Además, se han negociado 1.700 altas entre trabajadores que han perdido su empleo o hijos de mineros en paro.
Así que no es precisamente la minería uno de los sectores castigados por el Gobierno Zapatero. Además, y a pesar de ser deficitaria, se garantiza un cupo de producción nacional de unos diez millones de toneladas que blinda la continuidad en el tajo de 5.302 trabajadores en los próximos años con una subvención anual para el desarrollo de las comarcas mineras de 324.249.100 euros. El firmante de estos acuerdos por parte del Gobierno con UGT, CC.OO. y Carbunión fue el ministro de Industria, José Montilla (2006), así que a Zapatero no le pilla por sorpresa, aunque en su soledad parlamentaria piense que algunos muerden la mano que les da de comer.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el 22 de julio de 2010.

De Zurbano a Montreal

Los tramoyistas de la Moncloa andan con el decorado a cuestas. Se acabó el paripé del Palacio de Zurbano con su ambiente zen para el “photo call” del Tridente: Salgado, Blanco y Sebastián. Ahora la nueva cita de la conjunción planetaria es el 26 de  junio en Montreal, sede de  la cumbre del G-20, última oportunidad de Zapatero de hacerse la foto con los mandamases del mundo. Allí irán los fontaneros del presidente, encabezados por Bernardino León, con la silla de Zapatero a cuestas. En Washington, Londres y Pittsburgh la silla era prestada y a Canadá parece que van a llevar una silla propia. Zapatero se quedará con la miel en los labios de sentarse en la cumbre del G-8, privilegio que sí tuvo Aznar como presidente de la UE. ¿Y de abril a junio, qué? Pues nueva travesía del desierto con una añagaza de pacto para la recuperación económica, una mini reforma laboral y poco más que rascar.

Los parteros de las escuálidas conclusiones del acuerdo de Zurbano, que algunos partidos firmarán en abril, no olvidan sus principios hegeliano-marxistas y como un canto de juventud lo han denominado “Documento de síntesis”, fruto de las tesis del PSOE y de la antítesis de la oposición. Ha bastado un pequeño soplo de cordura para que el castillo de naipes del pacto contra la crisis haya sucumbido virgen y mártir. Tan sólo han sobrevivido algunos acuerdos para dotar de más actividad al ICO, la rebaja del IVA en las chapuzas domésticas y las sempiternas ayudas al coche eléctrico. Lo más útil, como algunas medidas para las pymes, siguen su curso en el parlamento gracias a la mano izquierda de CiU.
Y ahí se acaba la historia de los treinta dos folios de Acuerdo Político para la Recuperación del Crecimiento Económico y la Creación de Empleo que motivó un Pleno extraordinario y mucha tinta. Hoy la cruda realidad pasa por el informe del Banco de España que augura menos crecimiento y más paro. La contestación del Maquiavelo de León ha sido, como siempre, matar al mensajero.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el 1 de abril de 2010

ZP, príncipe de Lampedusa

“Algo debe cambiar para que todo siga igual”. Esta es la frase magistral del príncipe de Lampedusa, Don Fabricio, que se resiste a aceptar la pérdida de sus privilegios en la trama de “El gatorpardo”. Luchino Visconti la adaptó magistralmente al cine y ha pasado a la historia como la crónica anunciada de la decadencia; todo un mundo se derrumba y el protagonista se niega a reconocer que el principal objeto del cambio es él mismo. Zapatero encarna a la perfección este personaje que se cree en posesión de la verdad absoluta y que como Luis XIV, el rey sol, pretende que todo el sistema plantario del Estado gire a su alrededor. Después de haber negado un atisbo de acuerdo en temas fundamentales en seis años ahora tiende la mano para garantizar su blindaje hasta el final de la legislatura.

Cualquiera en su sano juicio firmaría un plan para reducir el déficit, dar credibilidad a los mercados, fomentar el empleo y garantizar las pensiones. ¿Pero debe ser el incendiario el que dirija la extinción del fuego? El déficit y el incremento de la deuda no se han producido como un fenómeno natural e imprevisible. El Gobierno, de forma reiterada, gasta más de lo que ingresa y es el primer sorprendido cuando se hacen públicos los datos.  Los parados parecen los culpables de la crisis ya que si su cifra no aumentara por cientos de miles no echarían por tierra la credibilidad de la recuperación económica. Después fueron los mercados, igual que en otros tiempos la conspiración  judeo-masónica, el enemigo de España.

Suena a canción infantil: “pío, pío que yo no he sido…” y la solución talismán que se ofrece es el pacto. Un pacto que se presume como un pacto trampa, como el abrazo del oso, en el que se ha involucrado hasta a la corona. Una mano tendida para hacer cómplices de la crisis a todos, empezando por Rajoy, al que se le siega la yerba debajo de los pies. Si acepta es cómplice de seis años de desguace de España; si no, un antipatriota. Las elecciones se ganan para gobernar no para poner tiritas.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el día 18 de febrero de 2010

Parados a tiempo parcial

Todo parece indicar que el Gobierno ha renunciado a la foto que tanto buscó con los agentes sociales antes del verano. Entonces  Zapatero, gran timonel del Plan E, esperaba recoger los réditos de los brotes verdes, pero hoy el presidente del Gobierno es un activo devaluado que, salvo para el sindicato de la ceja, nadie quiere como compañero de viaje. Gerardo Díaz Ferrán lanzó en el mes de julio un órdago muy jaleado por la oposición, pero UGT y CCOO respondieron con un pulso apoyado por el Gobierno que desbarató los planes de la CEOE. De nada sirvió el apoyo del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en favor de una reforma laboral “anticrisis” o las tesis del Comisario de Economía de la UE, Joaquín Almunia, sobre la  “flexiseguridad”.

La fuerza de quien tiene el BOE en la mano se ha impuesto a los empresarios que darán su brazo a torcer y se plegarán a las demandas de los sindicatos de retomar el diálogo social firmando los convenios pendientes con incrementos salariales que no estarán indexados a la inflación, ya que por esa vía el año próximo habría que bajar los sueldos. A cambio se abre el melón de un remedo de reforma laboral que no aborda el meollo de la cuestión, que es la indemnización por despido.
Lo moneda de cambio será una rebaja de las cotizaciones sociales,  más testimonial que efectiva, ya que a nadie le interesa ahora un incremento de la conflictividad. Elena Salgado le pisa la manguera a Celestino Corbacho y saca otro conejo de la chistera que incrementará el déficit, como es el paro a tiempo parcial, basado en la reducción de la jornada laboral y el cobro de la prestación por desempleo. En Alemania funciona porque Ángela Merkel ha bajado los impuestos para reactivar la economía, pero en España será una fórmula más para edulcorar el número de parados y aumentar el gasto.

Superar el listón del 20 por 100 de paro en la próxima EPA le va aguar la fiesta del G-20 y de la presidencia europea al Gobierno Zapatero y todo vale para escamotear unos cientos de miles de nuevos parados. Ni las fotos con Obama ni el despliegue internacional que tiene previsto el Gobierno en el próximo semestre podrán ocultar que somos la primera potencia europea en generación de paro. Ahora que abundan los reportajes sobre la caída del muro de Berlín parece increíble que sólo alguno de aquellos satélites de Moscú esté hoy peor que nosotros.

Artículo publicado por Jesús Fernández Briceño en La Gaceta (Madrid), el 12 de noviembre de 2009