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El FMI critica la gestión de Rodrigo Rato en la etapa anterior al estallido de la crisis económica

El FMI evaluado el periodo que Rodrigo Rato estuvo al frente de esta institución y el desempeño del ex ministro español y actual presidente de Caja Madrid  no queda muy bien parado. En realidad, la misma conclusión se podría sacar de la práctica totalidad de los dirigentes de organismo internacionales o responsables de reguladores durante este periodo, la mayoría de los cuales siguen ocupando los mismos o parecidos puestos de responsabilidad.

Bajo el título: Desempeño del FMI en el período previo a la crisis financiera y económica: La supervisión del FMI entre 2004-07, esta auditoría de casi sesenta páginas ha sido dada a conocer hoy 9 de febrero. Publicamos a continuación su resumen ejecutivo.

Esta evaluación analiza el desempeño del FMI en el período previo a la crisis financiera y económica mundial y presenta recomendaciones para reforzar la capacidad del FMI para discernir los riesgos y vulnerabilidades y alertar a sus países miembros en el futuro. Esta concluye que el FMI proporcionó pocas señales claras de advertencia sobre los riesgos yvulnerabilidades vinculados a la crisis inminente antes de que esta estallara. El mensaje general fue de continuo optimismo tras más de una década de condiciones económicas benignas y un bajo nivel de inestabilidad macroeconómica. El FMI, en la supervisión bilateral realizada con respecto a Estados Unidos y el Reino Unido, respaldó en gran medida las políticas y las prácticas financieras que consideraba promovían la rápida innovación y el crecimiento. La creencia de que los mercados financieros eran fundamentalmente sólidos y que las grandes instituciones financieras podrían sobrellevar cualquier problema que pudiera surgir disminuyeron la necesidad de urgencia de hacer frente a los riesgos o a la preocupación por la posibilidad de serias consecuencias adversas. Tampoco se prestó la suficiente atención en la supervisión a los riesgos de contagio o propagación de una crisis en las economías avanzadas. Estas economías no fueron incluidas en los análisis de vulnerabilidad (“Vulnerability Exercise”) iniciados después de la crisis asiática, pese a las discusiones internas y a las solicitudes presentadas a tal efecto por miembros del Directorio y otros.

Algunos de los riesgos que posteriormente se materializaron fueron identificados en diferentes momentos en el informe sobre la estabilidad financiera mundial (Global Financial Stability Report), pero se presentaron en términos generales, sin una evaluación de la magnitud de los problemas, y quedaron opacados por el tono en general positivo de la evaluación global presentada. Estos riesgos no quedaron reflejados en el informe sobre las Perspectivas de la economía mundial (WEO), ni en las declaraciones públicas del FMI.

Como correspondía, el FMI destacó apropiadamente la urgencia de hacer frente a los grandes desequilibrios mundiales en cuenta corriente, que, en su opinión, creaban el riesgo de provocar una desvalorización rápida y abrupta del dólar que podría desencadenar una recesión mundial. Pero el FMI no estableció una vinculación entre estos desequilibrios y los riesgos sistémicos que se estaban acumulando en los sistemas financieros.

La capacidad del FMI para detectar riesgos y vulnerabilidades importantes y alertar a los países miembros se vio limitada por la compleja interacción de diversos factores, sobre muchos de los cuales se había alertado antes aunque no fueron atendidos cabalmente. La capacidad del FMI para identificar correctamente los crecientes riesgos se vio obstaculizada por un alto grado de pensamiento de grupo, captura intelectual, una tendencia general a pensar que era improbable una fuerte crisis financiera en las grandes economías avanzadas y enfoques analíticos inadecuados. Un débil régimen de gobierno interno, la falta de incentivos para integrar el trabajo de las distintas unidades y plantear opiniones contrarias, y un proceso de revisión que no lograba atar cabos o asegurar que se siguieran todos los pasos necesarios también jugaron un papel importante, en tanto que las limitaciones políticas posiblemente también hayan influido en cierta medida.

El FMI ya ha tomado medidas para abordar algunos de estos factores, pero a fin de lograr que la supervisión sea más eficaz, reviste importancia crítica definir con claridad las funciones y responsabilidades del Directorio, la Gerencia y el personal superior, y establecer un marco claro de rendición de cuentas. De cara al futuro, el FMI necesita i) crear un entorno que aliente a actuar con franqueza y tenga en cuenta las opiniones en disidencia; ii) modificar los incentivos para “decirles la verdad a los poderosos”; iii) integrar mejor las cuestiones macroeconómicas con las relativas al sector financiero; iv) superar la “mentalidad de silo” y la cultura aislacionista, y v) transmitir un mensaje claro y coherente sobre las perspectivas y riesgos mundiales.

La farsa está servida

Todas las guerras tienen su armisticio y la del 29-S no podía ser menos. Responsabilidad y normalidad serán las palabras más escuchadas en la jornada del día después y poco a poco los ecos de la huelga se irán diluyendo. Amortizado Corbacho el nuevo ministro de Trabajo tenderá los puentes rotos con los sindicatos y Méndez y Toxo se sentarán de nuevo a la mesa de Zapatero. La farsa está servida y cada cual se sentirá vencedor de esta guerra de las flores y los piquetes. Los sindicatos sacarán pecho ante sus bases y oiremos como piden el voto para el PSOE los mismos que hace quince días gritaban “Zapatero dimisión”. El Gobierno, por su parte, ya tiene excusa para presentarse ante los mercados y los organismos internacionales como un ejecutivo responsable que hace ajustes dolorosos como cualquier capitalista que se precie.

El siguiente paso son los Presupuestos Generales del Estado y la reforma de las pensiones. Los PGE serán la escenificación del mayor fracaso de la política económica de este Gobierno. Casi la mitad de todo el dinero que los ciudadanos ponemos en manos del Estado a través de los impuestos (cincuenta mil millones de euros) van a ir a la actividad más improductiva: pagar los intereses de la deuda y abonar prestaciones a los parados. Las grandes lacras que han dado origen al descalabro de las cuentas públicas no se tocan. Ni desaparecen ministerios ni se pone coto al despilfarro. Asuntos Exteriores, Igualdad y Cultura, seguirán repartiendo dinero a manos llenas. Gabinetes fantasmas como Vivienda e Innovación mantienen sus titulares al frente sin que parezca que una futura remodelación ministerial achique los cargos públicos. Las autonomías con su multiplicidad de empresas públicas, televisiones, parlamentos y asesores seguirán devorando el dinero de todos. Nada cambia gracias al plato de lentejas que aporta el PNV, aunque una posible rebaja en el rating de España por parte de Moody´s quite estos días el sueño a la ministra de Economía.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario la Gaceta (Madrid), el 30 de septiembre de 2010