La ley de Presupuestos, que debería ser la más importante del año, sigue su paseo lánguido, esta vez por el Senado, en donde se reproducirán los rifirrafes vividos en el Congreso entre el PP, PSOE y los nacionalistas, sin que se modifiquen un ápice las cuentas ya previstas por el Gobierno. Atrás han quedado las elecciones en Galicia, País Vasco y Cataluña, estas últimas convertidas en plebiscito independentista, que han alejado del foco de atención los problemas reales de los españoles, como el déficit, el paro y la falta de crecimiento. Entre medias se coló de rondón la negociación del Presupuesto de la Unión Europea, que, como estaba previsto, se saldó con fracaso. Pero, ¿cuál va a ser la relación de España con Europa en 2013? Este guión ya está escrito y 2013 se saldará de forma positiva para los intereses españoles, ya que nos tocará poner cerca de 12.000 millones pero recibiremos algo más de 13.000; es decir, 1.384 millones de saldo positivo para España.
Conviene recordar en estos momentos en los que se va a recrudecer la batalla de la opinión pública contra la Europa de Ángela Merkel que desde su ingreso España ha sido un país receptor neto y siempre ha obtenido más de lo que ha puesto. Otra cosa han sido los errores internos, aquellas decisiones y las políticas económicas equivocadas, que tienen nombres y apellidos. Comienza Rajoy su segundo año de mandato con una situación económica aún peor que cuando llegó a la Moncloa, con múltiples frente abiertos, pero, al menos, con una ventaja, y es que en 2013 no están previstas elecciones europeas, autonómicas o locales. Sólo queda un año para trabajar, los dos siguientes volverán a ser de batalla electoral; es decir, de prometer lo que no se puede cumplir.
Artículo de Jesús F. Briceño publicado en el diario LA GACETA (Madrid), el 2 de diciembre de 2012
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