La farsa está servida

Todas las guerras tienen su armisticio y la del 29-S no podía ser menos. Responsabilidad y normalidad serán las palabras más escuchadas en la jornada del día después y poco a poco los ecos de la huelga se irán diluyendo. Amortizado Corbacho el nuevo ministro de Trabajo tenderá los puentes rotos con los sindicatos y Méndez y Toxo se sentarán de nuevo a la mesa de Zapatero. La farsa está servida y cada cual se sentirá vencedor de esta guerra de las flores y los piquetes. Los sindicatos sacarán pecho ante sus bases y oiremos como piden el voto para el PSOE los mismos que hace quince días gritaban “Zapatero dimisión”. El Gobierno, por su parte, ya tiene excusa para presentarse ante los mercados y los organismos internacionales como un ejecutivo responsable que hace ajustes dolorosos como cualquier capitalista que se precie.

El siguiente paso son los Presupuestos Generales del Estado y la reforma de las pensiones. Los PGE serán la escenificación del mayor fracaso de la política económica de este Gobierno. Casi la mitad de todo el dinero que los ciudadanos ponemos en manos del Estado a través de los impuestos (cincuenta mil millones de euros) van a ir a la actividad más improductiva: pagar los intereses de la deuda y abonar prestaciones a los parados. Las grandes lacras que han dado origen al descalabro de las cuentas públicas no se tocan. Ni desaparecen ministerios ni se pone coto al despilfarro. Asuntos Exteriores, Igualdad y Cultura, seguirán repartiendo dinero a manos llenas. Gabinetes fantasmas como Vivienda e Innovación mantienen sus titulares al frente sin que parezca que una futura remodelación ministerial achique los cargos públicos. Las autonomías con su multiplicidad de empresas públicas, televisiones, parlamentos y asesores seguirán devorando el dinero de todos. Nada cambia gracias al plato de lentejas que aporta el PNV, aunque una posible rebaja en el rating de España por parte de Moody´s quite estos días el sueño a la ministra de Economía.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario la Gaceta (Madrid), el 30 de septiembre de 2010

Dejar un comentario?

0 Comentarios.

Deja un comentario